Los mayas recurrieron a los números 7, 9 y 13 para establecer, por multiplicación de los mismos, un nuevo ciclo sobre la base de 819 días.
El transcurso de los 819 días corresponde estructuralmente al ciclo de los portadores del año con el cambio ininterrumpido de los cuatro puntos cardinales y sus colores correspondientes. Este ciclo influía, sin lugar a dudas, en la prosperidad de ciudades-estado enteras. Aparece con frecuencia en relación con la fecha de nacimiento y con la entronización de algún soberano, según se desprende de numerosas inscripciones de Palenque. La fecha cero del calendario de la cuenta larga era el tercer día del ciclo de los 819 iniciado con anterioridad, que coincidía con el este y con el color rojo asociado a este punto cardinal. Como el este simboliza el origen de la vida por ser el punto de salida del Sol, era aquel un momento favorable para la creación del mundo. Es evidente asimismo que los mayas no concebían la creación del mundo como origen del tiempo, sino como un acontecimiento encuadrado en periodos más largos.
Atte: Beto
Atte: Miguel
ResponderEliminarEsta interesante beto, sientete orgulloso, mi primer comentario va para ti