El nombre original en maya del Rabinal Achí es Xajooj Tun, que significa Danza del Tun (tambor).
Es un drama dinástico de los Maya Kek’ que data del siglo XV, y un ejemplo raro de las tradiciones prehispánicas. En él se mezclan mitos del origen del pueblo Q'eqchi' y las relaciones político-sociales del pueblo de Rabinal, Baja Verapaz, Guatemala, que son expresados por medio de máscaras, danza, teatro y música. Este drama sobrevivió en la clandestinidad desde 1625 hasta 1856, hasta que el sacerdote francés Charles Étienne Brasseur de Bourbourg lo tradujo, según la narración en Achí de Bartolo Sis.
Kiche’ Achi’: ¡Vas a salir, soberano (de tu fortaleza), y serás agujerado, perforado! No serás el primero cuyas raíces, cuyo tronco acabo, rey de los chakachib, de los tzamanib, Kawuk Rabinal, te dice mi palabra a la faz del cielo y la faz de la tierra. ¡Por eso no voy a cambiar muchas palabras con vos! ¡Qué el cielo y la tierra queden con vos, Rabinal Achi’!
Rabinal Achi’: ¡Eja! ¡Hombre colérico, Kawek K’iche’! ¿Qué dice tu palabra a la faz del cielo, a la faz de la tierra? Pero tan cierto como que allí está el cielo, tan cierto como que existe la tierra, tú acabas de entregarte a la punta de mi flecha, a mi escudo, a mi maza, a mi hacha, a mis brazaletes, a mi fuerza, a mi bravura. Pero sea así o no, yo te he vencido con mi cuerda blanca, con mi lazo brillante. Así te dice mi palabra a la faz del cielo, a la faz de la tierra. ¡Qué el cielo y la tierra sean contigo, bravo guerrero, mi prisionero mi cautivo! Gracias sean dadas al dueño del cielo, al dueño de la tierra, te han empujado a la punta de mi flecha. ¿De dónde saliste? ¿Huiste de la guerra? ¿Quizá no eres sino hijo de las nubes, de la bruma?
K’iche’ Achi: Verdaderamente las palabras que proferís son arrogantes para mí. Vuestra palabra dice: “¿No habrás venido huyendo del combate?” Yo revelaré el rostro de mis montañas, de mis valles.
Rabinal Achi’: ¡Si no revelas el rostro de tus montañas, el rostro de tus valles, entonces quiera el cielo y la tierra que no seas sino comida! ¡Voy a hacerte entrar frente mi eminencia, al interior de la gran fortaleza, al interior de la gran muralla!
K’iche’ Achi’: Yo soy la cólera, soy la fuerza del soberano de los kunen, de los chajul, el rey Balam Achi’ Balam K’iche’, descendiendo al instante de mis montañas, de mis valles.
Rabinal Achi’: Entonces habréis informado a vuestras montañas, a vuestros valles. ¡Es cierto que aquí morirás, desaparecerás, aquí, en el ombligo del cielo, en el ombligo de la tierra.
K’iche’ Achi: ¡Eja, Rabinal Achi’! De frente a la fortaleza soberana, Kajyub, ¿no es aquí donde se reúnen las cinco cargas de pataxte, las cinco cargas de cacao? (tributo al rey k’iche’) Supo el rey Balam Ajaw Balam K’iche’ que su muerte era deseada por el rey de los chakachib, de los tzamanib, Kawuk Rabinal (y dijo) “¡Hagamos del soberano de las montañas k’iche’ y de los valles k’iche’! ¡Que venga a tomar posesión de las blancas montañas, de los blancos valles (de Kajyub)!” Fue entonces que lanzó sus exhortaciones, sus gritos y lanzó su desafío. Fue así que vine blandiendo mi arco y mi escudo, que recorrí las montañas y los valles y vine a lanzar mi desafío.
Rabinal Achi’: ¡Es verdad que ellos acometieron aquí, en el ombligo del cielo, el ombligo de la tierra, a nuestros hijos. Pero también es verdad que no tomaron posesión de las blancas montañas de los blancos valles! ¡Por eso, en vano habéis venido a desperdiciar tantos días, tantas noches! No vinisteis sino para agotar la faz de vuestro corazón, la faz de vuestros hombros. ¡Nada ha dado resultado!
K’iche’ Achi’: ¡Estoy en mis montañas, estoy en mis valles!
Rabinal Achi’: ¿Por qué raptaste a mis hijos? ¡No tenías que meterte con ellos! Fuisteis vos el que raptó a mi señor en el lugar llamado Chatinibal y lo encontré en una prisión de cal, gravemente quemado por todas partes. ¿No devastasteis acaso poblados, caseríos y aldeas? Esto es lo que vinisteis a pagar.
K’iche’ Achi’: Fue únicamente a causa del rencor de mi corazón que hice venir a los blancos niños (los de Rabinal). Donde ellos guerreaban, dije: “¿No convendría acaso que yo rapte a estos blancos niños? Es igualmente cierto que vine a raptar a vuestro señor y lo obligué a descender hacia mis montañas y mis valles, allá al país k’iche’. A causa del rencor de mi corazón por no haber tomado posesión aquí, del ombligo del cielo, del ombligo de la tierra. Fue entonces que lo encerré en la cal blanca. Es verdad que destruí tres poblados, caseríos y aldeas, por rencor de mi corazón.
Rabinal Achi’: Nos hemos enfrentado detrás de la gran fortaleza, de la gran muralla, durante 13 veces 20 días, 13 veces 20 noches. ¡Nos agotamos, no tuvimos ningún reposo! Si dice mi señor: “Dejadlo ir a sus montañas, a sus valles”, si lo dice mi soberano inmediatamente os dejaré ir.
K’iche’ Achi’: ¡Anunciadme pues!
[En el segundo acto Rabinal Achi’ anuncia a K’iche’ Achi’ frente al rey Job Toj]
Rabinal Achi’: ¡Salve oh rey! ¡Salve oh reina! ¡Sí, gracias al cielo y gracias a la tierra, vosotros estáis entronizados, estáis abrigados bajo la protección del quetzal de plumas verdes, adentro de la gran fortaleza, de la gran muralla! He aquí al hombre colérico con el cual hemos luchado durante 13 veces 20 días, 13 veces 20 noches, atrás de la gran ciudadela. Yo lo derribé, lo amarré y maniaté. Yo lo interrogué y él no reveló inmediatamente la faz de sus montañas y sus valles. Ese hombre exterminó diez blancos niños. Fue este colérico hombre quien llegó a raptaros allá, en Chitinibal y quien destruyó tres poblados, caseríos y aldeas.
Job Toj: ¡Gracias al cielo, gracias a la tierra que el colérico hombre haya sucumbido ante vuestro arco y escudo!. ¡Hacedlo entrar frente a mí! Recomendadle que incline su rostro, quizá entrará a completar [a las doce águilas amarillas, a los doce jaguares amarillos]. Entonces vendrá ciertamente como yerno, como cuñado.
[En el tercer acto Rabinal Achi’ lleva el mensaje a K’iche’ Achi]
K’iche’ Achi’: ¿Sería yo aún un valiente, sería yo todavía un hombre, si me inclinara, si inclinara mi rostro? ¡He aquí mi arco, mi escudo, mi hacha blandida, esa será mi sumisión!
[En el cuarto acto K’iche’ Achi’ es presentado ante Job Toj]
Job Toj: ¡Kawek K’iche’! Vos vinisteis para raptar a los blancos niños. Fuisteis vos quien llegó a raptar mi señoría, mi persona, allá en Chatinibal. Quien me llevó y encerró en la cal amarga. Es verdad que allá hubierais terminado de golpear mis raíces, mi tronco, allá en las montañas y valles k’iche’. Esa es la razón por la que mi guerrero Rabinal Achi me liberó, me trajo, cargándome en sus brazos y vino a reinstalarme adentro de la ciudadela. Sois vos quien destruyó tres poblados, caseríos y aldeas. ¡Esto es lo que vinisteis a pagar aquí, es seguro que vas a morir, a desaparecer!
K’iche’ Achi’: Decís verdad. Aceptaré vuestras bebidas venenosas, que hielan y paralizan.
Job Toj: ¿Eso es verdaderamente lo que deseas?
K’iche’ Achi: ¡Oh, vosotros los flautistas, vosotros los tambores! ¡He aquí lo que tocaréis, mi flauta, mi tambor, a la manera con que se reciben mis prisioneros, mis cautivos, en mis montañas y valles! ¡Rey Job Toj, si es verdad que sois provisto, que sois colmado en la gran fortaleza, en la gran muralla, dame prestada, la madre del quetzal, de las plumas verdes, las gemas preciosas venidas de Tzam Q’am Karcha!
Job Toj: Yo te la ofrezco, como gran signo de tu muerte, de tu desesperación.
K’iche’ Achi’: ¡Honrado séais a la faz del cielo, a la faz de la tierra! ¡He aquí lo que me fue prestado y que devuelvo! Y mi palabra dice aún: “Dame prestados las 12 águilas amarillas, los jaguares amarillos, aquellos cuyos bastones, cuyas lanzas yo enfrenté, de día y de noche”.
Job Toj: Yo os los doy.
K’iche’ Achi’: ¡Honrado séais frente al cielo, frente a la tierra! Mi palabra dice a vuestro rostro a vuestra boca: “Dadme 13 veces 20 días, 13 veces 20 noches, que yo avise el rostro de mis montañas, el rostro de mis valles. ¡Allá en donde caminé, en donde viví!” [Habla solo para sí] ¡Dirigí mis adioses al rostro de mis montañas, al rostro de mis valles, donde caminé, donde viví! ¡Oh cielo, oh tierra! ¿No habría alcanzado nada mi cólera ni mi fuerza? ¡Disfruté mi recorrido bajo el cielo, mi recorrido sobre la tierra, regresé con las manos vacías! ¡No alcanzó nada mi cólera ni mi fuerza! ¡Oh cielo, oh tierra! ¿Es cierto que moriré aquí, en el ombligo del cielo, el ombligo de la tierra? Idos mis metales dorados, mis metales plateados, mi arco, mi escudo, mi hacha de guerra, mis vestidos, mis sandalias. ¡Idos hacia nuestras montañas, hacia nuestros valles! ¡Id a comunicar la noticia a nuestro señor, porque probablemente dice: “Él está en camino”! Eso no lo dirá más, si es que yo espero ahora mi muerte, mi desesperación. ¡Oh cielo, oh tierra, si verdaderamente muero aquí, asemeje yo a esa ardilla, a ese pájaro que murió en la rama del árbol, de donde obtiene su alimento, aquí, en el ombligo del cielo, el ombligo de la tierra! ¡Oh vosotros águilas, vosotros jaguares, haced vuestro trabajo, cumplid vuestro encargo, haced actuar vuestros colmillos y garras para que, en un instante, me convirtáis en plumaje, porque yo solamente fui valiente al venir de mis montañas, de mis valles! ¡Qué el cielo y la tierra queden con vosotros, águilas, jaguares!
Por: Roberto Fernando Martínez Torres.
Por: Roberto Fernando Martínez Torres.
Ya se que lo publique algo tarde, pero no me habia quedado claro que hacer, bueno, mas vale tarde que nunca.
ResponderEliminaratte. Roberto
Quiero hacer una pregunta. ¿De donde se obtuvo la primera imagen que esta en blanco y negro? es un grabado de la pelea entre K’iche’ Achi’ y Rabinal Achi’. Necesito saber saber de donde viene o quien la hizo.
ResponderEliminargracias!
hola. quiero hacer una pregunta .es que estoy realizando un trabajo sobre la historia del Rabinal Achi . ¿quien es quien de los dos en la fotografia negra y blanca . cual de los dos es el kiche achi y el rabinal achi."
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