Por su lejanía geográfica del centro de
Nueva España, en especial de la Ciudad
de México, Yucatán no se vio afectado militarmente por la guerra de
independencia de México, aunque ya había un espíritu libertador en los
yucatecos ilustrados. A Vicente María
Velásquez le fue asignada la iglesia de San Juan, casualmente esta
iglesia pertenecía al barrio donde él creció. Desde ese momento trató de ayudar
y aconsejar a los indios de los abusos que sufrían por parte de los hacendados.
Pero también había otros sacerdotes y seglares con ideas de igualdad. Entre ellos
estaban Manuel Jiménez Solís;
Francisco Carvajal, (padre de Francisco
Sebastián Carvajal y Gual, quien fuera presidente de México); Rafael Aguayo y Mariano
Gutiérrez.
Fue en 1810 cuando aquellos personajes,
bajo la dirección de Vicente María Velásquez, comenzaron a reunirse semanalmente
en la sacristía de San Juan para discutir las formas viables de auxiliar a los
mayas. Más tarde se unieron los ilustrados Lorenzo
de Zavala, Luis Alonso Peón, Pedro Almeida y José
Matías Quintana, siendo este último padre de Andrés
Quintana Roo. Fue así como se formó la sociedad de los sanjuanistas. Sin
embargo, no todos los sanjuanistas estaban de acuerdo con Velásquez, quien
pensaba que cualquier mejora social debía empezar con los indígenas. Los
sanjuanistas querían una reforma en la educación y que también se extendiera en
la población indígena.
Al
agudizarse la crisis de España tras la invasión
francesa en 1808 y la
convocatoria para un congreso constituyente en Cádiz, en las reuniones de los
sanjuanistas se discutía sobre la inminente resquebrajadura de la estructura
del imperio español. Miguel González Lásteri llegó a Mérida con la Constitución de Cádiz a fines de julio de 1812, pero el
gobernador Manuel Artazo y
Torredemar se negó a proclamarla,
alegando que no tenía una orden para hacerlo. Esto agitó los ánimos de los
Sanjuanistas que continuaban reuniéndose en la iglesia hasta altas horas de la
noche. El 25 de septiembre de 1812 el obispo de Yucatán prohibió las reuniones
en la iglesia de San Juan, argumentando que los participantes se dedicaban a
“soltar proposiciones impías y temerarias” y podían organizar atentados contra
las autoridades. Al cura Vicente María Velásquez se le prohibió oficiar misa.
Pero los siguientes meses, los
sanjuanistas siguieron presionando, hasta que el Capitán proclamó la
constitución. De esta forma se inició el constitucionalismo en Yucatán. Pero
esto también propició más diferencias entre los sanjuanistas y los rutineros.
Los sanjuanistas siguiendo la constitución y los rutineros viendo amenazados
sus intereses.
Lorenzo de Zavala, uno de los
sanjuanistas, en 1820 formó la Confederación Patriótica, dentro de ésta hubo un
cisma y quedaron dos grupos: quienes apoyaban al gobierno español y la Constitución de Cádiz y otro encabezado por Zavala buscaba
la independencia absoluta de España. Mariano
Carrillo de Albornoz, en ese entonces gobernador, pidió, antes de entrar en
disputa con ellos, a Zavala y Manuel
García Sosa a ser diputados de
las Cortes y los envió a Cádiz,
mientras los otros liberales eran puestos en prisión sin que Zavala se diera
cuenta.
Mientras esto ocurría en Yucatán se
proclamó el Plan de Iguala y Juan
María Echeverri, sucesor de Carrillo de Albornoz, proclamó la independencia de
la península y envió a dos representantes a negociar la incorporación de
Yucatán al Imperio Mexicano. La incorporación al Imperio ocurrió el 2 de
noviembre de 1821.
Iglesia de San Juan y Lorenzo de Zavala
Emiliano Romero Beto Zayas Mauricio Garduño
Yucatan mas bien tuvo una lucha en el ambito político, enviando representantes a la corte de Cadíz, y es importante la lucha entre sanjuanistas y rutineros en esta etapa.
ResponderEliminarHacer las reuniones en una iglesia me parece ingenioso, seguramente había pocas personas que pudieran descubrirlos ahí :)
ResponderEliminarUn tema complicado pero pues pudimos con lo que teníamos.
ResponderEliminarSaludos compañeros.
Como en el resto de las conspiraciones independentistas del resto del todavía virreynato, nótese el importante protaganismo de los criollos, en este caso, yucatecos. No olvidemos que el movimiento de independencia fue eminentemente político, aunque ciertos criollos concientes y sensibles a la realidad social, ya reivindicaban mejores condiciones de vida para la población nativa.
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