A los 17 años ingresó en el monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo y fue uno de los primeros frailes franciscanos que viajó a la peninssula de Yucatán, llegando en 1549, en donde trabajó intensamente durante tres décadas en la evangelización de los nativos mayas. Fue consagrado obispo de Yucatán en 1572. Diego de Landa encontró algunas similitudes entre el cristianismo y la religión maya en el aspecto de los ritos sagrados que consistían en sacrificios humanos y ofrendas de sangre lo que se relacionaba, según Landa, con el carácter sacrificial de la figura de Cristo el cual había dado su vida por la humanidad.
Como parte de su labor evangelizadora llevó a Yucatán, desde Guatemala, dos imágenes de la Inmaculada Concepción. Una estaba destinada al Convento Grande de San Francisco en Mérida y la otra al de San Bernardino de Siena en Valladolid, aunque debido a sucesos considerados como milagrosos decidió que la segunda imagen se quedara en el convento de San Antonio de Padua en Izamal, lugar por el que sentía un gran afecto. En la actualidad dicha imagen es considerada Reina y Patrona de Yucatán. En memoria de su labor en beneficio de los izamaleños se le ha erigido una estatua en bronce a un costado del convento. El evento tuvo repercusiones. Por una parte los mayas idearon medios para preservar sus cultos ancestrales, pero fue criticado por los colonos españoles quienes argumentaron que en lugar de doctrina, los indios recibían miserables tormentos, la noticia llegó hasta Felipe II, por lo que en abril de 1563, Landa tuvo que viajar a España para presentar su defensa.
Debido a la reticencia de los mayas para aceptar la fe católica y para abandonar sus propios rituales religiosos, en junio de 1562, Landa mando detener a los gobernantes de Pencuyut, Tekit, Tikunché, Hunacté, Maní, Tekax, Oxkutzcab y otros lugares, entre ellos a Francisco Montejo Xiu, Diego Uz, Francisco Pacab, y Juan Pech, quienes fueron escarmentados.
El 12 de julio de 1562 se realizó el Acto de fe de Maní en donde se incineraron ídolos de diferentes formas y dimensiones, grandes piedras utilizadas como altares, piedras pequeñas labradas, vasijas y códices con signos jeroglíficos. Se calcula que incineraron toneladas de libros, los cuales poseían registros escritos de todos los aspectos de la civilizacion maya.
Ah, gracias religión, una vez más destruyes cultura para imponer tus creencias. Detesto ver como las personas actúan por la fuerza y destruyen todo lo que sea diferente,. El temor del humano a lo desconocido aunado a su prepotencia solo ha traído periodos de oscurantismo a nuestra sociedad, es una pena que mentes brillantes y con el poder de triunfar sean llevados por un camino erróneo creado a partir de la tergiversación de enseñanzas que nacieron con una buena intención . . . en fin, me parece muy importante conocer a este personaje ya que influyó en la conquista espiritual.
ResponderEliminar.....Neta!?
ResponderEliminarYo había pedido este personaje, ingrato.
Pero está bien, no me enojaré....
Etiendo tu punto Rigo, pero hay que mencionar que Diego de Landa, un exponente importante de la religión en esta época, le encontró tantas cosas interesantes a la cultura y religión maya que fue de los pocos que se interesaron en rescatar información sobre como era el estilo de vida y todas sus creencias.
ResponderEliminarImportante porque mucho de lo que se sabe hoy en día sobre la cultura maya es por lo que el hizo.
Mi ira reprimida no va tanto hacia él, va hacia los que queman los codices y textos "paganos", el texto me da a entender que Diego no fue el responsable del "Acto de fe", por eso no expresé mi ingratitud hacia Diego, sino a la tergiversación de las creencias por parte del hombre.
ResponderEliminarY por eso reitero, entiendo tu punto en plenitud.
ResponderEliminarSólo pensé que era algo necesario que mencionar, para todos nuestros compañeros los cibernautas.
Oki :3
ResponderEliminarQué desafortunado que en aquella época no existiera la libertad de cultos. Sin embargo, a pesar del crimen cultural que representó ese Acto de Fe de Maní, vale la pena reflexionar que eventos como este y otros más, sirvieron de base para muchos pensadores y filosofos posteriores, que proclamaron ese derecho a la libertad de cultos, como uno de los derechos fundamentales del ser humano. Se perdió en algo, pero se ganó de otra forma.Así es la historia de la humanidad, ni más ni menos...
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